Las clases virtuales: ¿efectivas o carentes?


Texto: Analía Villalba
Foto: Gentileza

Ventana Abierta realizó una encuesta a estudiantes de dos universidades, la misma reveló que el 67% no está conforme con la modalidad virtual de enseñanza.

Desde que se inició la cuarentena sanitaria. el 11 de marzo pasado, las instituciones educativas de niveles básicos y superiores han instaurado un nuevo modelo de enseñanza: las clases virtuales. Cumpliendo con las normativas del Gobierno de no participar en clases presenciales por la aglomeración de personas y peligro de circulación viral que estas representan..

Entonces, se hicieron presentes el internet y la hiperconectividad, aunque ya estábamos sumidos desde hace algunos años, cuando la tecnología comenzó a cambiar las formas en las que nos comunicamos, aprendemos y enseñamos. 

Pero, ¿qué tan funcional resulta esta nueva variante educativa? Una encuesta realizada a estudiantes de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y de la Universidad del Pacífico, institucionales que,  actualmente, se encuentran tomando clases virtuales, permite tener una aproximación de cómo se está viviendo la enseñanza a distancia.

El estudio demostró que los entrevistados se sienten inconformes con la modalidad virtual. Al preguntarles la razón respondieron: la incapacidad de cumplir las exigencias de las materias que son simultáneamente teóricas y prácticas de manera virtual; la red de internet que a veces no coopera para conectarse a las clases y sacar el máximo provecho de ellas o porque simplemente no es lo mismo aprender detrás de una pantalla que aprender presencialmente, debido a la cantidad de factores que interrumpen el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El 33.3% respondió que tal vez les gustaría seguir con esta modalidad lo que resta del año. Mientras que, el 66.7% respondió que no sería una opción que les agradaría.

Ante la pregunta, ¿qué aspectos cambiarían sobre esta modalidad?  los estudiantes respondieron: la velocidad de conexión, que entorpece el trabajo en muchos casos,  y que los docentes deberían de tener más capacitaciones para poder enseñar virtualmente. 

Las clases virtuales presentan un desafío para docentes, alumnos y padres, en el caso de los estudiantes de educación primaria. Varios expertos han hablado sobre la necesidad de flexibilizar los rigores educativos para adaptarse a este momento en el que estamos viviendo y, de ese modo, evitar abrumar a los estudiantes en una situación que ya es lo suficientemente desafiante en muchos aspectos, como una pandemia.

 Tampoco, se puede ignorar cómo esta condición ha evidenciado las diferencias sociales entre compañeros de clase, ya que el acceso a internet todavía sigue siendo un privilegio al que muchas personas no pueden acceder o sólo pueden hacerlo parcialmente, dificultando su desempeño íntegro como estudiante y también dificultando la labor del docente. 

Muchas comunidades indígenas y sectores del Alto Paraguay, no pueden realizar clases virtuales por falta de recursos y baja cobertura de internet en la zona, como respuesta a esta problemática los profesores implementaron un sistema de cuadernillos para enviar las tareas correspondientes, los cuales entregan casa por casa a cada uno de sus alumnos. 

Por su parte, el ministro de Educación, Eduardo Petta, dijo hace algunos meses que apoya el condicionamiento de entrega de víveres y merienda escolar a alumnos que cumplan las tareas enviadas por WhatsApp, declaración que levantó la indignación de la ciudadanía, ya que era considerada una decisión casi tirana la de chantajear educación por comida. 

En la fase 3 de la “cuarentena inteligente”, iniciada el 15 de junio pasado, se estableció que, en cuanto a la educación superior, se permitirá realizar actividades específicas con una cantidad limitada de personas para llevar a cabo exámenes, defensas de Tesis, clases prácticas y de laboratorio. Sin embargo, la interrogante de que si este año los estudiantes volverán a participar en clases presenciales, sigue sin esclarecerse por completo.

En la fase 3 de la “cuarentena inteligente”, iniciada el 15 de junio pasado, se estableció que, en cuanto a la educación superior, se permitirá realizar actividades específicas con una cantidad limitada de personas para llevar a cabo exámenes, defensas de Tesis, clases prácticas y de laboratorio. Sin embargo, la interrogante de que si este año los estudiantes volverán a participar en clases presenciales, sigue sin esclarecerse por completo.

Fuentes: 

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