UN JOVEN VIVE DE SU SUEÑO
Fabricio Soares, un joven músico, percusionista, que con tan solo 20 años ha viajado a distintos países enalteciendo la música paraguaya, además de poder establecerse en el medio, nos cuenta sus inicios, experiencias y los sacrificios que implica dedicarse al arte.
Texto: Diana Romero
Imagen: Instagram
-¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Como la mayoría de los músicos, inicié tocando con mis familiares, en la iglesia, etc.
-¿Quién fue tu inspiración para que te adentraras en el mundo de la música?
Mi inspiración fue un tío mío que es músico, con el cual di mis primeros pasos en la música.
-Actualmente, ¿sigues con algunos estudios?
Actualmente estoy cursando el quinto año del Profesorado Superior en Música, con énfasis en Percusión sinfónica, en el Conservatorio Nacional de Música.
-¿Cómo es la vida de un músico y qué sacrificios implica?
La vida del músico es una vida bastante especial, hasta se puede decir loca. En Paraguay hasta ahora se dice que si vivís de la música no sos nada, yo puedo decir lo contrario, hoy en día vivo de la música y no me falta nada.
Vivir de la música implica muchísimos sacrificios, financieros, familiares, etc. muchas cosas se dejan atrás si realmente uno se mete de lleno a la música. Obviamente, todo sacrificio tiene su recompensa. Nada de lo que uno deja atrás por seguir sus objetivos es en vano.
-¿Con qué artistas has colaborado?
Me tocó colaborar con infinidades de artistas, ya sean músicos, bailarines, artistas plásticos, etc. Actualmente soy músico de Juan Cancio Barreto, Lizza Bogado, que son dos exponentes de la música en Paraguay. Colaboré con músicos durante la venida del papa Francisco al país, siendo parte del grupo que ganó el himno al Papa.
Me tocó hacer grabaciones de estudio y colaborar con diferentes grupos musicales, de diferentes estilos, entre otros artistas que colaboré puedo citar a: Roscer Diaz, Los Alfonso, Panchi Duarte, Kamba´i Echeverría, maestro Luis Álvarez, maestro Sergio Cuquejo, orquesta H2O de Sonidos de Mi Tierra dirigido por el maestro Luis Szaran, Orquesta Sinfónica de la Policía Nacional, Orquesta Sinfónica Juvenil dependiente del Instituto Municipal de Arte de Asunción, Quemil Yambay, entre otros.
-Contanos acerca de tu experiencia en el exterior, y qué significa llevar la música por distintos países
Tuve el honor de ir a varios países a representar al país, y puedo decir que es una experiencia única y a la vez un gran desafío. Uno deja el país sin saber con qué se va encontrar a donde va. El público de cada país es totalmente diferente uno del otro, la cultura o el idioma, digo que es un desafío porque uno va con una misión siempre, la cual es dejar en el alto el nombre de Paraguay en el país que sea.
Gracias a Dios, a los países que fuimos a llevar nuestra música, Paraguay quedó muy pero muy alto. Porque nuestra música es única y no en vano se dice que la música paraguaya es la más linda del mundo.
-¿Cuáles son las metas que te faltan por alcanzar?
Mis aspiraciones y metas son muchas, quiero seguir viajando por el mundo a llevar nuestra música, quiero ser un exponente importante de la música en Paraguay, quiero hacer conocer nuestra música en cada rincón del mundo, y obviamente hacer entender a la gente que acá en Paraguay sí se puede vivir de la música.
– Qué mensaje quieres dejar a las personas que les gustaría dedicarse a la música
A los que deseen dedicarse a la música o cualquier arte que sea, puedo decirles que es una experiencia única, es algo que si no vivís no vas a saber lo que se siente. Sentir el cariño y los aplausos del público no tiene precio ni comparación.
Obviamente, todo se logra con mucho sacrificio y poniéndole ganas, sí o sí uno se tropieza, es normal, pero gracias a eso uno va agarrando más fuerza y confianza, con la cual se llega al objetivo. Lo único que puedo asegurar es que no se van a arrepentir para nada de esto tan lindo que es hacer música.