Mujeres: De seres divinos a seres malditos

Nota: Carolina Garay
Foto: Lia Fleitas

En algún momento de nuestras vidas, hemos escuchado frases como “esa chica es una bruja” o algo más autóctono como “la kuña ko peteĩ demonio”. Pero ¿De dónde viene esa costumbre de relacionar a las mujeres con cosas malas? Basándonos en las diosas clásicas de la antigüedad grecolatina, ¿Cómo las mujeres pasaron de ser besadas en los pies a quemadas en la hoguera?
La etimología de la palabra bruja es amplia, en español viene de “brugga” que significa hacer pociones y “brixta”  hechizo o magia, lo que denota grandeza y poder. En inglés la palabra witch tiene origen germánico, que en el inglés antiguo adaptaron a “wicca”, de ésta deriva la palabra “wicce” sabia en femenino y wise, sabio en masculino.

La mujer como diosa

Hace 25 mil años a. C. en Grecia y Roma la mujer era vista como sagrada por dar o tener el secreto de la vida, dentro de una sociedad solidaria, es decir, que se llevaba a cabo en base a las habilidades o aportaciones, y no, en un orden jerárquico. Con la llegada de los pueblos nómadas vienen las disputas por la tierra y cobra importancia quien es capaz de quitar la vida, ya no quien la da, lo que da origen al dios de la guerra.
Si bien las diosas tenían la misma posición que los dioses en el Olimpo, el lugar de la mujer en la tierra fue disminuyendo, llegando casi al mismo nivel que los esclavos, aunque siempre siendo respetada la figura de la sacerdotisa que era buscada por su inteligencia y belleza, y en ocasiones, temida por sus poderes. Siendo el sexo muy celebrado por esta cultura, la mujer era el centro de la sensualidad, la seducción, el placer y el origen de los ritos de fertilidad.

La oscuridad de la Edad Media

Cuando los pueblos bárbaros se asientan en el imperio romano, surge lo que conocemos como los señores feudales, que son quienes apoyan la figura del rey, y desaparece la persona como individuo. La palabra señor se trasforma a dueño, ya sea de las tierras, animales, personas o todo aquello que habitara en sus propiedades. Adicionalmente, el catolicismo se vuelve obligatorio y los dogmas de religión empiezan a tomar otra perspectiva, mezclado con los castigos que recibe Eva como consecuencia de comer el fruto prohibido; “y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” Gn.3, 16.

Surgimiento de la misoginia

La misoginia es el odio o aversión a las mujeres, y se da por el cambio cultural que implicaba dejar de lado las creencias paganas grecorromanas que decían que la fecundidad y la sexualidad eran buenas, para dar paso a la ideología religiosa en la que la sexualidad es mala, oscura y obscena, necesaria para la reproducción pero con una connotación de suciedad. Desde el celibato la visión de la mujer empeora pues es ella, un ser sensual y bello, quien incita al hombre a pecar por ser la raíz de toda tentación.

“Adán, el cual fue tentado por Eva, y no por el demonio,

entonces ella, la mujer, es más amarga que la muerte.

… el pecado que nació de la mujer destruye el alma al despojarla de la gracia

Pues los hombres son atrapados, por sus deseos carnales, cuando ven y oyen a las mujeres”

Citas tomadas del Martillo de Las Brujas

Malleus Maleficarum o el Martillo de Las Brujas

Es un manual para cazadores de brujas laicos, católicos y protestantes. Publicado en 1487 en el siglo XV, fue el segundo libro más impreso después de la Biblia, con 28 ediciones en dos siglos, traducido a 4 idiomas y siendo el primer libro de bolsillo de la historia, escrito por dos dominicos, Jacob Sprenger y Heinrick Krammer (este último fue destituido por su obsesión de seguir a las mujeres) quienes eran teólogos y estudiosos que basaron sus justificaciones sacando de contexto ideas o escritos de Sócrates, San Agustín, la Biblia, etc.

Recordemos que en este periodo existía la denominada Santa Inquisición, que trataba de perseguir a los herejes que no creían en el sistema de la Iglesia Católica, por lo que estos religiosos convencen al Papa al surgimiento de una nueva forma de herejía que eran las brujas, por lo que el Martillo de Las Brujas fue apoyado por la Bula Papal de Inocencio VIII.

·          “Todas las malignidades son poca, cosa en comparación con la de una mujer

·          Cuando una mujer piensa a solas, piensa el mal.

·          La palabra mujer se usa para significar el apetito de la carne.

·          Que como son más débiles de mente y de cuerpo, no es de extrañar que caigan en mayor medida bajo el hechizo de la brujería.

·          Y como debido a este defecto (que fue tomada de una costilla curvada) es un animal imperfecto, siempre engaña.

·          Y todo ello queda indicado por la etimología de la palabra; pues Fémina proviene de Fe y Minus, ya que es muy débil para mantener y conservar la fe”

 

El libro se divide en tres capítulos; el primero justifica teológica y filosóficamente que el diablo y sus seguidoras y seguidores sí existen, y los que no crean están en contra de la Iglesia, el segundo justifica porqué son las mujeres las más propensas a la brujería y el tercero describe como perseguir, juzgar y acabar a las brujas.

¿Cómo eran las acusaciones de brujería o caza de brujas?

Estaba permitido calumniar y engañar prometiendo salvación para luego matar a las mujeres. Los clérigos podían hacer el juicio completo sin que la acusada lo supiera para luego torturarla, consiguiendo así una confesión, pero para que pudieran salvarse de la hoguera, la horca o el caldero, debían primero, reconciliarse con la Iglesia acusando a los demás herejes (aunque no conocieran a nadie). Entonces, vemos que ya no era necesario demostrar la culpabilidad, con que “pareciera verdad” y hubiera “el rumor” era suficiente. Además, el Rey de Inglaterra Jacobo I  en 1599, implementa el “wich-pricking”, que era pinchar a la acusada, si no sangra es bruja (se demostró que por el estrés y por el frio se coagulaba la sangre) o sumergirla en agua, si se mueve y trata de nadar es bruja, si se ahoga no era.

Fue más adelante, cuando sucede la historia de las brujas de Salem en 1692, famosa por los elementos que se conjugaron, dos niñas acusaron a su esclava de brujería por recrear las historias que ésta les contaba sobre el Caribe y para conseguir la absolución ella debía acusar a otra mujer y así se dio consecutivamente entre las mujeres en el pueblo. Mucho tiempo después, se descubrió que debido a las malas cosechas y fenómenos climatológicos, las jóvenes comían unos panes con sustancias que provocaban convulsiones y alucinaciones. Los últimos casos de brujería se dieron en Europa ya entrando el año 1800.

Los 12 requisitos para ser una bruja

  1. Si no estaba casada o viuda
  2. Si le gustaba andar sola
  3. Si amaba la naturaleza
  4. Si veía por mucho tiempo la luna
  5. Si tenía como mascotas burros o gatos (porque el demonio se apoderaba de los gatos para vigilar la fidelidad de las mujeres y los burros porque los montaban para ir a sus reuniones)
  6. Si sabía de plantas y remedios
  7. Si tenía lunares en el cuerpo o manchas rojas (la marca del diablo)
  8. Si se la vió volando o decía haber volado
  9. Si no se persignaba en la Iglesia
  10. Si escupe con frecuencia
  11. Si hablaba en una lengua extraña
  12. Si cualquier otro decía que lo era

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