Nota: Gerardo Loreiro Mereles
Fotos: hoy.com.py/ abc.com.py/ fmfutura.com.ar/ ip.gov.py
Las ciudades vecinas de Pedro Juan Caballero y Ponta Porá comparten una frontera seca que divide a Paraguay de Brasil. En la zona impera la zozobra generada por parte de grupos antagónicos del crimen organizado que luchan entre ellos con el único propósito de estar al frente del narcotráfico, lo que que produce temor en la ciudadanía ante la falta de operatividad de los organismos de seguridad.
Facciones criminales provenientes del Brasil como el PCC (Primer Comando da Capital) o el CV (Comando Vermelho), como también otras variadas agrupaciones criminales han venido luchando entre sí, con persecuciones que se desencadenan en tiroteos y muertes de los miembros de diversos bandos delictivos.
El gobernador del Amambay, Pedro González Ramírez afirma que esta “es una situación muy incómoda y las autoridades policiales no cumplen con seriedad sus respectivas funciones”.
El intendente de Pedro Juan Caballero, José Carlos Acevedo, asevera que “muchos policías vienen a la ciudad más bien para lucrar y ganar mucha plata por medio de coimas, extorsionando a personas inocentes y extranjeros que vienen para hacer compras. Cuando tienen alguna denuncia en su contra solamente se los traslada, y estos se retiran felices porque no se toma ninguna medida judicial en su contra, por eso la ciudad está como está, acechada por la inseguridad reinante de los grupos criminales”.
Los habitantes de ambas ciudades ven a la frontera a pesar de todo como un lugar especial, más allá de la imagen bélica que se tenga de ella, porque consideran que si nadie se mete en actividades ilícitas pueden vivir una vida tranquila y sin problemas, prefiriendo quedarse inmunes a lo que sucede para no terminar de muy mala forma.
Una serie de crímenes llamativos se produjo en el transcurso de años de parte del crimen organizado que opera en la región de la frontera, lo cual dejó conmocionado a la población fronteriza y generó mucha repercusión incluso a nivel nacional como veremos a continuación.
Asesinato del periodista Santiago Leguizamón
Santiago Leguizamón era propietario de la radio Mburucuyá 980 AM, emisora que la edificó en 1975. Anhelaba tener su propia radio y realizar un periodismo independiente, libre y sin censuras. Pues alegaba que en tiempos de la dictadura stronista se cometían desmesurados abusos contra los derechos humanos y ningún medio de comunicación se podía hacer eco de estas situaciones indignantes.
Santiago Leguizamón en su ejercicio del periodismo poco a poco empezaba a cuestionar las muertes por encargo que se realizaban por parte del crimen organizado de diversos grupos delictivos en la frontera. También ayudó a periodistas capitalinos en la investigación del trafico de drogas, lavado de dinero y contrabando, como así también de diversos nombres de narcotraficantes que sonaban fuerte como cabecillas de las facciones criminales que pudieron haber tenido relación con el entonces presidente paraguayo Andrés Rodríguez.
Los reportajes desvelaban al mismo tiempo a un hombre de ascendencia turca, Fahd Yamil, empresario sindicado por tener una fuerte conexión con el narcotráfico, considerado principal capo mafioso en la época.
Las hipótesis que se manejan es que las investigaciones periodísticas realizadas son las que terminaron comprometiendo a Leguizamón. En horas del mediodía se retiraba de su radio tras la culminación de su programa radial mañanero a bordo de su vehículo en compañía de su secretario, hasta que en un momento inesperado, a bordo de un auto negro los perseguían los sicarios, estos terminaron emboscándolos y matando al comunicador de 21 disparos (de acuerdo a los estudios forenses). El acompañante resultó ileso.
Era un 26 de abril de 1991, precisamente en el día del periodista Santiago Leguizamón era asesinado sobre la calle Rodríguez de Francia con José de Jesús Martínez, a pocos metros de la ciudad brasileña de Ponta Porá. Tras este crimen las investigaciones jamás avanzaron y hasta hoy, 26 años después el caso sigue impune.
Con esta tragedia creyeron que se callaría la voz del periodismo nacional en aquel entonces, pero no lo han logrado jamás porque sigue intacto a pesar de los diversos tipos de ataque, ya sea verbal o criminal que recibe.
Atentado al senador Robert Acevedo
El 26 de abril de 2010, en pleno centro de Pedro Juan Caballero, específicamente sobre la calles Alberdi con Natalicio Talavera a inmediaciones de la ex terminal de ómnibus, el senador liberal Robert Acevedo sufrió un atentado de parte de sicarios que se desplazaban en un vehículo, quienes efectuaron varios disparos de arma de fuego en dirección al automóvil en el que se encontraba el parlamentario, el cual resultó herido tras recibir dos impactos de bala, salvándose milagrosamente de la muerte, no así las dos personas que lo acompañaban en su rodado, el conductor y su guardia privado.
Acevedo apuntó directamente al crimen organizado, específicamente a Jorge Rafaat (fallecido en junio de 2016) por haber sido el autor moral del atentado en su contra, a raíz de las acusaciones que el legislador realizaba en contra del narcotráfico en el departamento de Amambay. En noviembre de 2016 se confirmó el asesinato de uno de los sicarios que atentó contra su humanidad en la ciudad brasileña de Coronel Sapucaia, frontera con Capitán Bado.
Atentado y muerte del periodista Gabriel Alcaraz
Una vez más el periodismo nacional se vio enlutado. En la siesta del 16 de mayo de 2014 el comunicador radial Fausto Gabriel Alcaraz murió acribillado cuando llegaba recién a su casa ubicada sobre la calle Ramón Gil Sánchez casi Pikysyry en el barrio María Victoria de la ciudad de Pedro Juan Caballero, luego de haber terminado con su programa radial diario de la mañana en la emisora Amambay AM 570, propiedad del intendente José Carlos Acevedo y su hermano mayor el senador liberal Robert Acevedo.
Tras llegar a su vivienda y bajarse de su vehículo, dos sicarios se acercaron a bordo de una motocicleta efectuando varios disparos en dirección a la víctima. Alcaraz recibió más de diez impactos de bala falleciendo instantáneamente.
El comunicador era conocido por denunciar la corrupción reinante en la esfera policial del Amambay y en la fiscalía. También denunciaba con nombre y apellido a personas que eran apuntadas por formar parte de actividades ilícitas.
Tras este horrendo crimen, el senador Robert Acevedo, propietario de la emisora radial en la que el fallecido comunicador prestaba sus servicios, expresó que el asesinato tiene mucho que ver con grupos criminales que operan en la frontera. Ya pasaron tres años de este trágico suceso, el cual hasta hoy sigue impune, sin pistas de los asesinos de Alcaraz.
Emboscada y asesinato de Jorge Rafaat
En la tarde noche del 15 de junio de 2016 se produjo un atentado que conmocionó a toda la ciudadanía pedrojuanina, lo cual hizo que todo el país en ese preciso momento y por varios días mantuviera fija su mirada hacia dicha ciudad acompañando las repercusiones del caso a través de los diversos medios de comunicación que daban seguimiento al caso durante y después.
Jorge Rafaat era un empresario, también formado en Derecho, sindicado por tener al mismo tiempo una fuerte inclinación con el tráfico de drogas. Cuando salía de su trabajo en dirección a su casa, fue emboscado sobre la calle Teniente Herrero esquina Elisa Alicia Lynch.
Rafaat iba a bordo de su vehículo, una camioneta Hammer totalmente blindada, en compañía de sus custodios que se movilizaban en simultaneo en otros dos rodados, cuando de pronto los sicarios emboscaron a la victima desde una Toyota Fortuner, que contenía un fusil antiaéreo con el cual rociaron a balazos a Rafaat, rompiendo el blindaje del vehículo en el que se desplazaba, falleciendo instantáneamente tras recibir 16 impactos de bala.
Sus guardias privados nada pudieron hacer porque huyeron despavoridos al percatarse de la capacidad de destrucción del armamento utilizado para acabar con la vida del patrón. Esta ejecución por la forma en que se llevó a cabo, fue calificado por muchos como “un atentado de película”.
El intendente de Pedro Juan Caballero, José Carlos Acevedo, dijo que este atentado fue “como una verdadera guerra”, también agrego que hay desidia total por parte del Estado que tiene totalmente en el olvido a la capital amambayense y por eso es una zona accesible y liberada para los narcotraficantes.
El gobernador de Amambay, Pedro González Ramírez, alude que “los policías paraguayos no están bien preparados para combatir a las facciones criminales en medio de tiroteos de guerra, a lo que en muchas ocasiones son respaldados por las fuerzas del orden provenientes de Brasil.
Las hipótesis sostienen que el PCC (Primer Comando da Capital) y el CV (Comando Vermelho), facciones criminales contrarias trabajaron juntos con el único fin de ejecutar a Rafaat, que era considerado como un obstáculo para ellos.
Muertes por encargo
Una serie de homicidios se produce constantemente en la frontera, tanto en el lado paraguayo como en el brasileño por medio del sicariato, las denominadas “muertes por encargo”, presumiblemente provenientes en gran porcentaje por parte del crimen organizado.
El fiscal Samuel Valdéz dijo que “la gran mayoría de las víctimas presenta antecedentes policiales por diversos hechos punibles”, dando a entender que se trataría de una infinidad de “ajuste de cuentas” de personas que se dedicaban a comercios ilícitos o por tener inclinación con alguna facción criminal. Muchos casos quedan impunes por falta de pruebas y porque la ciudadanía también no quiere colaborar con el fin de evitar problemas.
El 15 de marzo de 2017 murió acribillado Ronny Chimenes Pavão en la ciudad de Ponta Porá, lado brasileño, hermano de Jarvis Chimenes Pavão, recluido actualmente en la Agrupación Especializada, acusado de lavado de dinero y al mismo tiempo sindicado por ser un fuerte individuo que maneja el narcotráfico en la frontera. A raíz de la muerte de Ronny, presumiblemente por ajuste de cuentas, policías brasileños y paraguayos trabajaron juntos en forma de precaución por varios días custodiando la zona por tratarse del crimen del hermano de Jarvis, pues temieron a que se desencadenara en una guerra entre grupos opuestos del narcotráfico, hecho que nunca se produjo.
Una semana después fue hallado muerto y descuartizado Américo Ramírez Chávez, señalado por ser uno de los sicarios involucrados que atentó y asesinó a Ronny Pavão. Tenía antecedentes por hechos de homicidio tanto en el lado paraguayo como en el brasileño.
Tres meses después, en horas de la tarde, dos hermanas fueron secuestradas de su vivienda ubicada en el barrio Obrero de Pedro Juan Caballero, se trata de Adriana Aguayo (23) y Fabiana Aguayo (28). Individuos a punta de armas de fuego ingresaron al local, ejecutando de entrada al perro a balazos y luego intimidando y llevándose a las hermanas en una camioneta.
La policía allanó la casa en busca de evidencias y en el interior de la misma se encontró un vehículo perteneciente a una de las mujeres que contenía cerca de un kilo de marihuana, lo que indica que las hermanas se dedicaban al microtráfico de estupefacientes.
El concubino de Adriana murió asesinado en el 2012 en Capitán Bado. Al día siguiente del secuestro, durante la madrugada, las dos hermanas fueron halladas muertas y tras ser decapitadas, los raptores incendiaron el vehículo con el cuerpo muerto de ambas en el interior del rodado. Horas después, las cabezas de ambas mujeres fueron halladas a metros del lugar en el que fueron ejecutadas. Las características del crimen indican que los asesinos serían los mismos que asesinaron descuartizando a Américo Ramírez Chávez meses antes. Varias versiones mencionan que ambas hermanas cubrieron los gastos del sepelio del mismo.