Texto: Carolina Garay
Foto: Josué Congo
Tras numerosas actividades, que giraron en torno a temáticas que preocupan o involucran a la mujer, se dio inicio al acto de mayor importancia: la reunión de los manifestantes en la Plaza Uruguaya para caminar hasta la Plaza de la Democracia, donde se llevaron a cabo discursos de líderes sobresalientes.
El ambiente en la Plaza Uruguaya era diferente al del resto de los días, mujeres, hombres, niños y hasta mascotas se disponían a marchar en pro de un objetivo: reivindicar y empoderar a las paraguayas. La concentración estaba bien organizada, con personas encargadas de dirigir a la masa, agrupándola y protegiéndola. Los ciclistas se encargaron de cortar el paso del tránsito vehicular para que la marcha pudiera pasar sin ningún inconveniente. A este grupo se sumó un equipo de jóvenes cuya labor fue recoger los residuos que las personas dejaban atrás para cuidar el medio ambiente y no atraer críticas negativas.
Con batucadas, cánticos y carteles se realizó la caminata. El recorrido fue por la calle Mariscal Estigarribia y Nuestra Señora de la Asunción, un trayecto corto, libre de complicaciones. Coreando frases como “ante el macho prepotente feminista inteligente”, la multitud se concentró en la Plaza de la Democracia, alrededor de un gran escenario. A las 7:30 de la tarde empezó el acto central. Pasaron por el micrófono, portavoces de distintas minorías, como mujeres indígenas, campesinas y miembros de la comunidad LGBT, con poderosos discursos que sostenían ideales claros y exponían injusticias que padecen las mujeres en el mundo entero, pero en especial en la sociedad paraguaya. No todo fueron sentidas palabras, también hubo actos musicales y de teatro que daban un aire de esperanza a las mujeres, que busca generar un sentimiento de lucha para seguir adelante por lo que es justo.
El resultado de la marcha fueron las más de 5.000 personas congregadas. 5.000 personas que dijeron basta a la indiferencia y tuvieron empatía; 5.000 personas que demostraron que están dispuestas a luchar; 5.000 personas que buscan repudiar actos como el acoso, el machismo, la misoginia y el feminicidio; 5.000 personas que sin temor alguno están dispuestas a defender sus ideales, pero más que nada están dispuestas a defender a las mujeres.