Machismo: ¿Costumbre o elección?

diana

Nota: Hanna Nakayama
Foto: Ade Galeano

Diana Serafini, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Nuestra señora de la Asunción (UC), habla sobre su experiencia en la realización de estudios sobre la discriminación de género en Paraguay, así como las bases y causas de esta arraigada cultura machista.
Buscando estudiar sobre el género en la publicidad se encontró con que todos los productos que se ofrecen para la mujer son electrodomésticos y artículos para el hogar, mientras que para los hombres son bebidas y objetos que alientan a la diversión. Ya teniendo una idea de con qué se iba a encontrar, decidió seguir investigando.

—¿Dé donde provienen los estereotipos en nuestra sociedad?
—Los estereotipos de género provienen de un sistema patriarcal, en virtud del cual la sociedad valora más lo masculino, y el poder se vincula más a la figura del hombre. A partir de allí nacen modelos rígidos que son los estereotipos de pensar: para ser una buena mujer hay que cumplir estos requisitos, y para ser un buen hombre éstos otros.

—¿Influye la educación en la propagación de estos modelos?
—Todo se reproduce culturalmente por años y décadas. El sistema educativo tiene mucho que ver, hasta la educación del hogar y la iglesia son estructuras que reproducen el mismo sistema y los mismos estereotipos.

—¿Y esto de alguna manera daña a la mujer?
—En realidad perjudica a ambos sexos: así como se encasilla a una mujer en un modelo rígido, también se hace con el hombre. Yo siempre digo “¡qué ganas ha de tener un hombre de llorar!” pero la sociedad no lo permite. También perjudica la relación entre ambos géneros, aunque hay que reconocer que como el sistema no es matriarcal sino patriarcal, perjudica más a las mujeres que a los hombres.
La mujer ganó el mundo público, trabaja a la par que el hombre, trae dinero al hogar. Pero generalmente el trabajo doméstico, si bien está más repartido que hace unas décadas, sigue siendo más carga de la mujer que del hombre. Ahí es que la mujer tiene doble y hasta triple jornada de trabajo.

—Es decir ¿la violencia doméstica es una consecuencia de los estereotipos y la cultura patriarcal?
—Claro, cientos de mujeres son golpeadas y asesinadas por sus parejas, también hay violencia de mujeres hacia hombres, pero en menor escala. A partir de este machismo hay una creencia de que el hombre masculino tiene un derecho sobre la mujer.Los estereotipos y las culturas machistas marcan la vida de las sociedades, la relación entre hombres y mujeres.
Hasta pasa en las casas, hacen diferencias entre los hijos y las hijas, ¿por qué pasa esto? si tienen las mismas capacidades. En pequeños detalles se nota la diferencia.

—¿Son las generaciones anteriores las que condicionan y moldean a las nuevas bajo estos hábitos?
—Sí, pero no hay porqué culparlos. Ellos son frutos del mismo sistema, no es una cuestión de la persona, de quien es malo y quien no, en realidad hablamos de procedimientos por costumbre. Tienen una cuota de responsabilidad, pero hay un estilo que lleva años vigente y desembocó en esa realidad social. Sin darse cuenta, las nuevas generaciones quieren repetir los mismos patrones, modelos que cuesta romper, porque se viene años viniendo en esa sombra.

—¿Entre generaciones, hay alguna diferencia en el pensamiento en cuanto al machismo?
—No es algo que se pueda responder tajantemente, pero veo que las generaciones de ahora hay mucha más paridad en la distribución de trabajo doméstico, o por lo menos en el cuidado de los hijos; a lo mejor un hombre todavía no limpia la casa, pero sí ya cambia pañales. Eso quiere decir que hay un avance, pero me llama la atención que algunos estereotipos sigan tan fuertes, entre los propios chicos cuando uno se muestra más vulnerable que otro. Hay partes, algunos aspectos que están mas aceptados y que se superaron más.  A veces creemos que nuestra sociedad dio grandes pasos en cuanto a la equidad entre hombres y mujeres, y después vemos rasgos machistas muy marcados en gente joven.

—¿Es necesario abordar el tema de la discriminación de género en la educación?
—Por supuesto, lo que más fuertemente se arraiga en la sociedad es lo que tiene que ver con lo cultural. Cuando se habla del sistema patriarcal se habla de una cultura que se está reproduciendo, pero que también podría cambiarse.
Las instituciones educativas (colegio, escuela) son espacios de socialización por excelencia, doce años de la vida se pasan ahí y te enseñan cosas para aprender a ser persona y comportarse en sociedad, cómo ser aceptado. Y a veces socializan partiendo de estereotipos determinados.

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