De Caaguazú vino a Asunción en busca de superación

Norma Pintos es una joven oriunda de Caaguazú que actualmente trabaja en el departamento de Atención al Cliente de una empresa privada. Es una mujer con muchas ganas de superarse y evolucionar, tanto personal como profesionalmente. Le consultamos acerca de sus motivaciones, sus anhelos, sus pasatiempos y de cuáles son los obstáculos con los que se encuentran la mayoría de las personas que vienen desde el interior del país a Asunción.

Texto e imagen: Anabel Arias

-Norma, ¿cuáles fueron los motivos que te impulsaron a venir a trabajar y vivir en Asunción?

-Mi familia es de escasos recursos, somos 7 hermanos y mis padres ya no podían mantenernos a todos. Entonces decidí venir a trabajar de niñera y, de paso, culminar con mis estudios.

 

 

 

-¿Cuáles fueron los obstáculos que se te atravesaron en el trance de mudarte desde tu casa de Caaguazú hasta Asunción?

-No había obstáculos porque mi mamá misma fue la que me apoyó, la que notaba que yo necesitaba cosas. Una pariente lejana era la cuñada de mi primera jefa, y ella necesitaba una niñera sin retiro, lo cual era bueno porque iba a quedarme a dormir ahí toda la semana, no iba a buscar otro lugar los fines de semana, ni pagar un alquiler o cosas así. Cuando hay ganas, los obstáculos prácticamente desaparecen porque buscás las soluciones.

– ¿Cómo afrontaste la realidad de que dejarías atrás a tu familia, a tus amigos y a tus grupos sociales para aventurarte a una nueva y diferente etapa de tu vida?

-Me dolió, inclusive hasta ahora, 10 años después me sigue costando, porque antes les veía y compartía a menudo con mi familia. Cuesta no más luego separarse de tus seres queridos, más cuando es tu familia o tu comunidad,  pero así es la vida, cuando uno no tiene todo tiene que buscar la forma de salir adelante y superarse, y además que en ese entonces mis padres se separaron y, con más razón, mi mamá necesitaba una mano de apoyo económico.

-¿Qué diferencias culturales y sociales encontrás entre Caaguazú y Asunción?

-En Caaguazú hay más paz, la gente se ayuda, no hay tráfico, no hay ningún tipo de robo, vos podés dejar tus cosas en el patio y al amanecer nadie toca, hasta podés dormir con la ventana abierta sin ningún miedo. Allá disfrutás de la noche y de la oscuridad, acá es todo más artificial. Lo bueno de Asunción es que hay facilidades, el hospital por ejemplo me queda más cerca y me es más fácil acceder a mis tratamientos. En las farmacias encontrás todo, tenés el súper o despensa cerca. Pero lo negativo es que acá a mucha gente no conozco, ya que mi mayor ocupación es mi trabajo, y por eso no tengo casi tiempo de relacionarme con gente que no sea del ambiente laboral.

-¿Alguna vez sufriste discriminación o menosprecio por ser del interior? ¿Qué opinás de eso?

-Claro que sí, todos sufrimos eso. En un trabajo que tenía antes yo tenía que sentarme en otra mesa donde no estaban mis patrones, porque los sirvientes o personales no se sientan en su misma mesa, o en otra ocasión donde me tenía que poner uniforme con delantal, incluso cuando todos tenían bikini en la playa, en las vacaciones. Yo ya estaba acostumbrada, y me parece bien ya, porque ya son años y años que tuve que soportar, y hoy ya es normal para mí.

-¿Qué anhelás lograr en Asunción?

-Poder pagar mi estudio hasta terminar. Seguir aprendiendo cosas y actualizarme. Quiero tener mi propio negocio de salón de belleza, y para eso sigo cursos y capacitaciones. Una vez que tenga todas mis cosas, pienso volver a vivir en Caaguazú porque lo que más amo es estar ahí.

-¿Cuáles son tus pasatiempos?

-Escucho muchas músicas, veo Internet, investigo, cuando hay palabras que no conozco busco sus significados, conozco fotos de lugares del mundo que son lindos y que me gustaría conocer. Los fines de semana no salgo mucho, descanso, como lo que quiero, preparo mis cosas que uso en la semana y veo tele.

-¿Cuál es el mensaje que dejás a los jóvenes y adultos que temen venir hasta Asunción para acrecentar sus estudios, sus conocimientos e ingresos económicos?

-Que tomen coraje, que se animen y que prueben. Porque yo primeramente solo probaba, luego ya tenía mi propia platita, y eso me daba más ganas de aumentar mi ingreso. Que se arriesguen porque sólo ahí está la ganancia y que ellos también alguna vez le den este consejo a otras personas que así como yo quieren mejorar su calidad de vida y de aprendizaje. Hay que correr, porque si no, en este mundo te aplastan y te pasan.

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