“Lo más lindo de mi profesión es la satisfacción de servir a las personas, que mis pacientes vayan motivados a mantener una vida sana”, afirma Carolina Suárez, quien no dudó en abrirnos las puertas de su oficina. Nos habló sobre su profesión de cosmetóloga, su vida de madre, hija y sobre su nueva experiencia siendo abuela.
Texto: Anabel Arias
Imagen: Gentileza / Ilustrativa de Noah Buscher on Unsplash
Carolina, como cosmetóloga, ¿qué tan difícil es trabajar con personas que desean verse sanos pero no cuidan a su cuerpo para lograrlo?
Realmente no es un desafío fácil, trabajo con personas que disfrutan de la comida rápida, de darse gustos con bebidas alcohólicas y que por constantes rutinas no pueden descansar las horas necesarias, pero luego buscan tener una apariencia sana. Entonces es ahí donde les hablo acerca de darse los gustos pero de una forma equilibrada, donde los fines de semana salgan de sus dietas y tengan al agua, las frutas y los vegetales como sus aliados durante toda la semana.
¿Cómo lográs que tus pacientes quieran, mantengan y se habitúen a una vida saludable para que eso se refleje en su piel?
Cada vez que tienen una consulta o tratamiento conmigo, les recuerdo todo el tiempo lo vital que es el descanso, el agua, y las comidas livianas acompañadas de vegetales para que exista una organicidad y un equilibrio en su cuerpo. Cada que un paciente llega a mi cabina, le regalo una botella de agua de 1 litro para que, de a poco, les vaya entrando el hábito de tomarlo durante sus actividades diarias, y también les muestro sus avances a nivel rostro, piel y semblante, la manera en que van mejorando sus aspectos físicos y también espirituales, ya que se siente la diferencia en el paciente que ve el cambio y está cada vez más seguro y contento con los cambios en su cuerpo.
¿Qué es lo más lindo e interesante de tu profesión?
Lo más lindo de mi profesión es la satisfacción de servir a las personas, que mis pacientes vayan motivados a mantener una vida sana, que veas el progreso en su bienestar. Mi satisfacción inicia cuando ellos mejoran y logran sus ideales.
Tenés tres hijas que ya son mayores, ¿cómo va tu relación con ellas ahora que son adultas?
Las tres son un encanto. Cada una tiene una perspectiva distinta de la vida, cada una tiene algo que la hace ser hermosa por dentro, y eso es lo que quiero que siempre exploten y lo construyan. Nos llevamos muy bien, a veces, por supuesto, como en cada familia tenemos desacuerdos, pero sabemos sobrellevar juntas cualquier tormenta que se presente, incluso si son ellas las que ocasionan (risas). Pero la menor sigue siendo mi bebé, a la que le sigo encaminando y guiando por este difícil pero bello proceso que es la vida.
Vivís relativamente lejos de la casa de tu madre, ¿eso significa un distanciamiento en tu comunicación con ella?
No, porque hablamos todos los días o al final de la jornada, si no soy yo la que le llama, es siempre ella. Nos ponemos al tanto sobre nuestras cosas y, sobre todo, me pregunta por las hazañas de su bisnieto Octavio.
Octavio es tu primer nieto, ¿qué significa él en tu vida?
Octavio es para mí un hijo, es la razón de que me esfuerce todos los días por ser una mejor persona, por analizar bien las respuestas que le doy, por enseñarle con amor lo que es el mundo y también por quien me esmero para que no le falte nada. Es un amor incondicional. Es un amor mágico, tierno, sincero y quiero que sea una persona íntegra para servir a los demás y para que sea feliz siempre.
¿Cuál es el mundo que anhelás para él y el resto de tu familia?
Quiero que ellos sean el cambio, quiero que ellos sean motivación y ejemplo para el mundo, para que así el mundo a su alrededor mejore y se adecue a lo que ellos brindan al resto.