«Ámbar» se denomina el proyecto fotográfico de Hanako Nakayama Feld, realizado para el seminario de fotografía con el profe Fernando Franceschelli
Texto y fotos: Hanako Nakayama Feld
Acostumbrados a comprar en tiendas cuando existe la necesidad, a veces nos olvidamos que un tiempo atrás, cuando la ocasión requería vestir un traje, estos eran hechos por un sastre.
Siendo el resultado una prenda hecha a la medida y al gusto de quien la lleva.
Pero, ¿Cómo lucía una sastrería hace unas décadas? En el corazón del casco histórico de la ciudad de Asunción, una casona antigua alberga un inusual ejemplar.
El propietario, Don Pedro, un sastre un tanto malhumorado pero con mucho que decir, comenta que trabaja en Ámbar hace 45 años, pero su padre la fundó mucho antes, cuando este tipo de tiendas eran consideradas “de primera necesidad” para la clase trabajadora. En ese entonces, la ubicación del local era ideal.
“Estar acá, sobre 15 de agosto, era un lujo” comentó.
Con el paso del tiempo, el entorno cambió, pero la sastrería Ámbar permaneció como un recordatorio de lo que fue alguna vez el centro asunceno. Entre hilos, agujas, telas y tijeras ubicadas en una pequeña habitación al final de un largo pasillo, se conserva un poco de la esencia de lo que vivieron generaciones anteriores a la nuestra.