Redacción: Guadalupe Acosta
Foto: Gentileza de Koga y Patricia Latorre
El Paraguay es un país pequeño, situado en el corazón de América del Sur. A pesar de su tamaño, esta es una república rica en cultura, en recursos naturales y cuya mayor característica es la bondad de su gente. Pero como cualquier otra nación, también tiene varios problemas tanto de índole social como ambiental sin resolver.
Si bien hoy según varias fuentes, la macroeconomía paraguaya está creciendo a un ritmo feroz, la microeconomía sigue estática y el desarrollo esperado para mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos aún no ha llegado.
Quizás fue esta situación la que llamó la atención a un grupo de jóvenes emprendedores que una tarde de domingo entre charla y charla decidieron que las cosas no podían seguir así. Sabían que, para lograr un cambio verdadero, todos los sectores civiles debían estar involucrados, especialmente las empresas del sector privado.
Fue así como nace Koga Impact Lab, que en el guaraní (uno de los idiomas oficiales del país) significa siembra, cultivo. Surge como un emprendimiento que tiene el desafío de crear más negocios con sentido en el ámbito nacional.
Los que iniciaron este proyecto fueron Rodrigo Weiberlen, Fidu González y Camilo Guanes, y un poco más tarde se sumaría al equipo Bruno Defelippe.
Se habían cruzado con el concepto de empresa social y querían que sus emprendimientos apuntaran al mismo.
Sin embargo, se dieron cuenta que, al no existir ese tipo de negocios en Paraguay, si cada uno abría su propia empresa social no iban a llegar a ser ni 10 y ahí terminaría todo. Pero, si abrían una empresa que promueva hacer más empresas sociales, podían pensar en llegar a un número de 1000, 2000 o más.
En el 2012 comenzaron con su primer proyecto: la plataforma de conversaciones Gramo, que permitía contar historias de éxito diferentes que no recibían la misma atención en los medios masivos de comunicación. Querían demostrarle a la gente que triunfar no es solamente generar lucro, sino también transformar la realidad de la comunidad a la cual pertenecemos.
Pero no se detuvieron ahí. Sus creadores querían que Koga fuera una incubadora, una aceleradora de proyectos, pero de impacto.
Un agente multiplicador de empresas con sentido, que fomente el desarrollo de un ecosistema de emprendedurismo de impacto, planteando una nueva forma de solucionar problemas e instalando en el imaginario de la gente la posibilidad de que una empresa no solo puede ser rentable, sino que también puede generar un cambio positivo para el medioambiente y la sociedad.
Koga crece y siembra otros cuatro proyectos personales:
Crearon Loffice, un espacio de co-working donde los emprendedores tienen un lugar en donde compartir sus ideas y proyectos con otros diariamente.
Necesitaban un programa que también forme a aquellas personas que tenían un emprendimiento en mente estancado y no contaban con las herramientas para llevarlos a cabo. Y así crean su programa Transformadores, que llevan a cabo con PTF (Paraguay Trade Fairs) con la finalidad de preparar a los emprendedores para que lleven adelante sus propios propósitos.
Además, surgió la unidad de concursos de innovación social donde los emprendedores ya formados podían realizar sus proyectos: Trampolín. Aquí se busca impulsar las ideas basadas en tecnología digital, donde se proponen soluciones innovadoras a problemas ambientales y sociales, impulsadas por jóvenes comprometidos con el país.
Muchas de las ideas vencedoras son posteriormente recibidas en el Impact Lab, donde Koga acompaña estos emprendimientos sociales, los incuba y acelera, para que los mismos sean económicamente viables y generen impacto en su entorno. Pero el Impact Lab no sólo trabaja con los ganadores de los concursos, sino que también asesora a cualquier emprendimiento que pueda transformar la realidad de muchas personas. Un ejemplo de estos es el de los muebles Pai Puku, cuya historia podes encontrar acá.
Después de crear todas estas instancias, finalmente pudieron ver la cosecha. Gracias a Koga varias personas lograron materializar sus sueños, pero ya no con enfoque apuntando exclusivamente al lucro, sino que también se esmeran por poder ser agentes de cambio dentro de la sociedad paraguaya.
Un ejemplo de esto son los proyectos provenientes de los concursos como Po Paraguay, Guaranglish, Celiapp, Cancherito, Sinergia Positiva, entre otros. Que incubaron bajo su asesoría y se convirtieron hoy en iniciativas que trabajan y se sostienen por sí solas.
Aquí algunas fotos de proyectos incubados en el Impact Lab:
Este es un resumen de lo que esta empresa quiere lograr en Paraguay y en el resto de américa latina
Desde sus inicios fue una empresa diferente y única en Paraguay. Forma parte de Sistema B desde el año 2015 y se esfuerza para que cada vez más paraguayos y paraguayas con ganas de emprender con impacto se sumen a este nuevo movimiento que quiere redefinir el concepto de éxito económico.
Koga es, como dijeron sus creadores, un viaje constante. Porque desde el primer momento fue un proceso de aprendizaje que continúa hasta el día de hoy. Es un “cambio de chip”, olvidar muchas cosas del modelo económico anterior para llevar adelante un proyecto que viene para revolucionar el Paraguay.
Para conocer más acerca de los proyectos y actividades de Koga, podes seguirlos en Facebook, Twitter e Instagram. También podes ver novedades de la empresa a través de su blog Koga Impact Lab