Texto y fotos: Betiana Rojas
Lía Fleitas (18) es estudiante de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica. Escribe desde niña, cada vez que tiene una idea. No lo hace con el fin de agradar a los demás, sino para expresar sus pensamientos y reflexiones. Su talento la ha llevado a destacar en numerosos concursos. Su más reciente logro es la selección de su obra de teatro Nuestra segunda independencia para ser presentada en la edición universitaria de Teatro Mbyky.
– ¿Cuándo comenzaste a escribir?
– Empecé a escribir porque mi mamá me animó a participar en concursos. Creo que ella también había querido ser escritora y reflejó en mí ese deseo. Cuando gané un concurso de cuentos en primer grado, me di cuenta de que escribir me resultaba más fácil que a los otros niños. Entonces, desde ese momento me di cuenta de que me gustaba escribir y seguí.
– ¿Qué te inspiró a escribir Nuestra segunda independencia?
– Realmente, siempre escucho que la gente dice que en los tiempos de Stroessner se vivía mejor, que esto no iba a pasar en tiempos de Stroessner. Pero lo que más me llamó la atención fue escuchar a un político en la radio, justamente cuando estaba buscando un tema para participar en Teatro Mbyky. El político estaba haciendo una oda a Stroessner, entonces me dije que iba a escribir un teatro en contra de Stroessner.
– ¿De qué se trata la obra?
– Son tres personajes que reflejan las tres posturas políticas en la época de Stroessner. Está Katia, que es la hija de un comisario colorado, ella es stronista. Después está Sebas, quien solo quería vivir en paz, a él no le importaba la política. Finalmente, está el revolucionario Mateo, a quien sí le importaba la política porque odiaba a Stroessner.
La obra se trata de que el padre de Sebas desaparece. Todos sabían que él estaba comenzando a ser un revolucionario y sospechaban que iba a ser víctima de la dictadura. Al final Katia se da cuenta de que vive en un mundo ficticio, que digamos. Básicamente fue eso.
– ¿Cómo considerarías la recepción de la obra?
– No sé si la recepción por parte del público fue buena porque los temas históricos siempre son difíciles de asimilar. A la juventud parece que no le interesa tanto la historia como otros temas.
– ¿Ya habías escrito obras de teatro antes?
– Teatro no, pero sí cuentos y otras cosas. Desde que me di cuenta de que me gustaba escribir, siempre lo hacía y, modestia aparte, siempre ganaba los concursos en el colegio. Yo sé que la universidad no es lo mismo, pero tenía pequeñas esperanzas de ganar también y envíe.
– ¿Actualmente estás trabajando en algo?
– No podría decir que estoy trabajando en algo. Pero siempre que se me ocurre algo y se me prende el foquito, decido escribir. Hoy por ejemplo escribí en mi blog sobre el aborto.
– Otro tema controversial, ¿Escribís mucho acerca de esos?
– Sí, porque quiero aportar mi granito de arena a construir la moral social. Siempre intento eso.
– ¿Tus escritos buscan cambiar o desafiar las convicciones sociales actuales?
– Sí pero es muy difícil, porque muchos de mis amigos piensan como yo querría que no pensaran. Es como si escribiese en contra de ellos.
– ¿Algún mensaje para aquellos escritores que no se animan a participar en concursos?
– No escriban para que a las personas les guste porque eso es apuntar a lo comercial. Escriban lo que quieran expresar, no importa si a la gente le gusta o no. Siempre va a haber gente a la que le va a gustar y gente a la que no.