Respeto, ¿un valor de papel?

Escrito por: Mathías Garelik
Foto: Creative Commons (Internet)

Nací el 10 de noviembre de 1995, 41 años después de iniciarse un régimen autoritario y 6 años después de comenzar un periodo de transición democrática, un “nuevo Paraguay”.

¿Por qué menciono esto? Como todos sabemos o, gran parte del país lo hace, durante 35 años de dictadura, la libertad de expresión era nula, o en el peor de los casos no existía. No podías abrir la boca para opinar sobre el Paraguay de ese entonces, y menos para hacerle contra al dictador. Éste era un personalista que reprimía con mucha dureza a quienes se oponían a su gobierno. Es el caso de los movimientos sociales, campesinos y estudiantiles, que surgieron en la época para levantar la voz ante las atrocidades del dictador Alfredo Stroessner.

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Mi papá nació en el año 1949 y mi mamá en 1964. Ellos vivieron en carne y hueso lo que fue el Paraguay bajo el mando Stronista, desde el inicio hasta el final. Con el correr de los años, y a la par en el que iba creciendo e indagando más acerca de la historia paraguaya, ellos me brindaron detalles de ese cruel periodo, pero a la vez, me dejaron y siguen dejando mensajes muy conmovedores, en especial este: “Gracias a Dios no viviste esa época hijo, era muy terrible, pero vos vas a poder hacer lo que nosotros no pudimos hacer, hablar, no callarte”. Esta frase lo tengo bien guardado en la memoria y lo tendré siempre en el corazón.

Me gusta compartir mis ideas, expresar lo que siento, siempre en el marco de una coherencia y un respeto. No espero que estén de acuerdo con mis perspectivas, pero sí que respeten, no obstante, ese simple hecho de querer respetar, parece ser un trabajo a largo plazo.

Pero… ¿Qué es el Respeto? Es la pregunta que se debe hacer antes de ponerla en práctica…o al menos intentarla. A grandes rasgos, se lo define como la consideración acompañada de cierta sumisión con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece.

Una vez definido lo que es el respeto, uno queda con ciertas incógnitas que pueden ser respondidas fácilmente, como otras no:

  1. ¿Respeto realmente al otro?
  2. ¿respeto su forma de ver las cosas, su punto de vista, el panorama que tiene esa persona?
  3. ¿por qué salen a la luz los ataques verbales cuando uno piensa distinto que el otro?
  4.  ¿llegará alguna vez ese día en el que todos, o la gran mayoría, sin la necesidad de compartir, respete?
  5. ¿existe realmente el respeto?

Como dije anteriormente, son preguntas que podrán ser respondidas fácilmente…otras en cambio no.

Constantemente utilizo mis redes sociales para escribir algún comentario en relación a cualquier ámbito, ya sea a nivel país, mundial, deportivo (no voy a mentir, cuando los nervios me ganan, utilizo un poco un vocabulario vulgar-obsceno), noticias del momento entre otras cosas. Si desconozco algo, lo investigo para conocerlo, o simplemente me limito al silencio (no porque me obligan, sino por decisión propia), pero como mencioné, no espero que compartan mis reflexiones, pero sí que respeten.

En el Paraguay, es alto porcentaje de la población que ya cuenta con teléfonos celulares cuyo acceso a internet es posible, por lo que uno al poder contar con dicha “libertad de expresión”, ya se pone a comentar, a veces con argumentos muy buenos, y otras veces simplemente por querer ser partícipe. ¿Por qué? Porque nosotros los jóvenes somos hijos de la libertad, lo cual por un lado es bueno, pero por otro es malo, debido a que la gente confunde Libertad de Expresión con Libertinaje.

La frase “yo puedo opinar lo que quiero porque está en mi derecho la libertad de expresión” es la más utilizada en la actualidad, sobre todo por personas de carácter prepotente e intolerante. Está bien, vivimos prácticamente en una época “democrática” (falta mucho realmente para llegar a una verdadera democracia) donde podemos decir lo que queramos, pero obviamente si no respetamos los límites, las consecuencias estarán tocando la puerta de tu casa.

Muy mal acostumbrados estamos en interpretar como queramos las cosas, y así cuando alguien, con un pensamiento distinto al de nosotros llega y nos dice algo que no queremos escuchar, recurrimos a los ataques verbales e inclusive físicos. La mayoría tiene esa idea de que libertad de expresión es decir todo lo que uno quiera decir, sin importar herir al otro o el tipo de lenguaje que se utiliza. Eso no es libertad de expresión, eso es Libertinaje, una libertad excesiva y abusiva en lo que se dice o hace.

Somos un país en donde la tolerancia sigue estando a una larga distancia, pero si se pone en práctica pequeños detalles que hacen la diferencia, se abrirá un nuevo camino que lleve a los ciudadanos a respetarse mutuamente. Respetar las leyes de tránsito, los espacios verdes, el destino que uno elige, la carrera que uno escoge, pero por sobre todas las cosas, respetarse a uno mismo, porque si vos mismo no te respetas, no esperes que otros lo hagan por vos.

El respeto, ya sea en el ambiente que fuera, hay que ponerla en práctica, sin importar qué tan equivocada pueda llegar a estar esa persona.

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