Asunción, ciudad de naranjos, flores y… basura. Los cauces hídricos de la capital se encuentran contaminados con todo tipo de residuos domésticos.
El olor nauseabundo prevalece en el entorno del cauce Antequera que cruza la Costanera José Asunción Flores y desemboca en la Bahía de Asunción. Restos de alimentos, animales muertos, cartones, latas, pañales y otros residuos de uso doméstico flotan en el agua. Según Damián Marín, poblador de la zona y pescador, toda la basura que se arroja en las zonas altas del centro de la ciudad va a parar a los arroyos.
Cientos de familias viven en la zona y se ven afectadas por esta contaminación que se ve acrecentada por la inundación. Celsa Villalba, pobladora, manifestó que cuando sube el agua a causa de las lluvias, explotan las cloacas y desagües de la ciudad. Expresó que el mal olor es constante y tienen que convivir con esto. Esta situación genera molestia, náuseas constantes y perjudica especialmente a los niños. La señora se quejó porque el agua acumulada atrae a los mosquitos y eso multiplica las posibilidades de contraer enfermedades, como el dengue.
Consultado si el servicio de recolección de basuras llega hasta estas zonas, Damián Marín manifestó que a veces llegan los camiones, pero no es frecuente. Sin embargo, no se mostró disgustado con el servicio, sino más bien con los residuos que arrojan “los de arriba”, como llama a los visitantes y pobladores del centro de Asunción.
La falta de infraestructura en la ciudad y el área metropolitna hace que esta situación esté lejos de ser solucionada. Al no contar con un sistema de desagüe pluvial y de tratamiento cloacal bien articulado, todos los residuos se depositan en la Bahía. La mayoría de los arroyos sirve a la población como descarga pluvial y en algunos casos cloacal. Insólitamente, a pesar de la visible contaminación y la prohibición municipal, algunos ciudadanos utilizan la bahía para refrescarse en días de altas temperaturas.
Según datos de la Cámara de Comercio Paraguayo-Alemana, Paraguay se encuentra en los últimos lugares de inversión en infraestructura. Estas inversiones, que en los mejores casos fueron de US$ 400 millones de dólares, representan apenas un 2% del PIB, la más baja de la región. Asunción se ve reflejada en esta estadística. A pesar de haber emprendido la construcción de la Costanera, problemas como estos no han sido resueltos.
Pero no se trata sólo de un problema estructural. Los pobladores manifestaron también un problema cultural: la gente no arroja sus residuos en los basureros y esta termina depositándose en los cauces. Según el exintendente de Asunción, Arnaldo Samaniego, la capital es una ciudad que diariamente recibe la visita de 1.500.000 personas de varios municipios. Estas personas generan el 45% de la basura pública. A finales del 2014, Samaniego manifestó que se habían recolectado cerca de 250.000 toneladas de basura durante todo el año, cantidad que resulta insuficiente pero que también debería reducirse. Asunción no cuenta con programas de reciclado.
En tiempos electorales, todos los candidatos prometen soluciones y proyectos pero luego nada se concreta. Celsa Villalba, manifestó que los gobiernos no hacen caso y las autoridades municipalidades no aparecen por la zona. El desinterés por la situación hace que cualquier proyecto o promesa quede anulado. Los pobladores hacen un reclamo a las autoridades: “Que vengan a ver la situación en la que estamos y que miren de la necesidad que tenemos en el bajo”, manifestó la señora Villalba. Este reclamo también se extiende a la ciudadanía: “Que no tiren mucha basura en los canales”, dijo Villalba.