Texto y foto: María Maya Núñez
La Manzana de la Rivera aloja la exposición colectiva Opata la mundo que busca despertar la conciencia y el compromiso sobre la grave situación del planeta herido por la ambición humana.
“La problemática actual del mundo es el impacto ambiental generado por diversas actividades desarrolladas por el ser humano”, expresa el prólogo de Opata la mundo.
La humanidad siempre ha gestado guerras y motivado visiones del fin del mundo, que en cada época se plasmó de diferente manera, según su sentir. En la época de la guerra fría, se pensaba que el fin del mundo iba a ser un ataque atómico. Sin embargo, el cambio climático y la contaminación del aire, de la tierra y los mares, no se limita a un territorio, es global, y el hombre no parece percibir que asiste a un fin del mundo paulatino y casi irreversible, esto es lo que estos artistas se propusieron plasmar desde sus particulares visiones y sentires: que al ser humano le cuesta visualizar el fin del mundo que está produciendo su acción.
Desde muy diversos estilos y técnicas plásticas, grabados, esculturas, instalaciones y pinturas, y con diferentes visiones, 28 artistas abordan una problemática candente, sangrante, a corazón abierto, que el calor sofocante, no permite soslayar, ya que el mismo calor era parte de la exposición, un calor de 40 grados Celsius, con sensaciones térmicas superiores
Ellos no presentan una naturaleza bucólica, estática, pacífica, ni armónica, sino que presentan ante el público una naturaleza lastimada, sometida, enferma y seca, infértil, demacrada, ardiendo en llamas, destacando una actualidad y una realidad que se ha vivido en el Chaco paraguayo bajo llamas, devorando fauna y flora, al igual que en la Amazonía con el fuego destruyendo todo a su paso.
Esta exposición se animó a mostrar a su ciudadanía que hay que tomar acción inmediata y promover un compromiso con el medio ambiente, si se quiere tener un mañana, y pone en alerta el pensamiento de los observadores llamando con fuerza a la acción antes de que sea irreversiblemente tarde. Ferrater Mora señala que “se suele indicar que el arte no es un contemplar, sino un hacer. El arte no pretende decir lo que es, o cómo es, o por qué es, sino hacer que algo sea… El arte puede proporcionar una cierta imagen del mundo».
El arte se preocupa, se cuestiona, y también llama a la acción de forma activa, y se hace presente para despertar aquello que parece dormido: el sentir y valorar la vida en toda su amplitud y volver a conectarnos con nuestro teko, nuestro medio ambiente. Sin el teko, tal como lo expresa la dulce lengua guaraní, no existimos porque no tendríamos forma de ser, ¿sin lugar dónde habitar qué somos?
La noche de la inauguración de Opata la mundo estuvo particularmente marcada por un calor sofocante, y dentro de la galería esto se hizo patente. Los mismos artistas alegaban que el intenso calor era también parte de la muestra.
Ana Carina Aranda, una de las expositoras, comenta: “Titulé mi obra: Indiferente. Muchas veces, los humanos somos indiferentes de todo lo que está aconteciendo, no tomamos aún consciencia. Cuando surgió esta propuesta del compañero César Chaparro, me prendí de una. Creo que, cada uno, desde su lugar debe expresar…, y no solamente expresar sino tomar alguna responsabilidad, una acción a favor, porque está tan grave la situación ambiental que no basta sólo con expresar, o no hacer daño, no basta con eso”.
La exposición de la que participan Arnaldo Villamayor, Liliam Céspedes, Esneiver Zorrilla, María Mercedes Villalba Torres, Rosanna López Vera, Osmar Zárate, Vanessa Diarte, Jonathan Amarilla, Ethel Da Rosa, Gloria Valle, Ana Carina Aranda, Inés Balbiani, Marco Reynaldi, Enrique Espínola, Orduval Zarratea, Griscelda Morel, Verónica Fernández, Ismael Sauri Sarrión, Tómas Salinas, Isaías Jimenez, Aida Espínola, Virginia Rojas Holden, Martín Spinzi, Fermín Hermosilla, Beatriz Holden, Fausto Irala, Ethe Mendoquino y Cesár Luis Chaparro, este último fue el organizador de la muestra que permanecerá abierta al público hasta el 13 de noviembre en la Manzana de la Rivera (Asunción).