Nota: María José Lacarrubba
Foto: Internet
De una patada fue echado Jorge Servín del INDI (Instituto Nacional Del Indígena) luego de proporcionar una agresión semejante a una nativa que se manifestaba exigiendo su renuncia. En sus propias palabras: “No ocurrió tal patada como la gente vio”, pero para desgracia del extitular del INDI, la tecnología jugó en su contra, ya que se viralizó el video donde la agresión se observa claramente.
El 2% de la población paraguaya se identifica como indígena: alrededor de 100.000 personas. La mayoría de ellas vive en extrema pobreza. El abandono del Estado es enorme. La entrega de tierras se ve como un benévolo acto del gobierno ignorando las demás necesidades, como la salud, educación, vivienda, entre otras más. Es así como las más valuadas tierras del Estado son rentadas a empresarios, especialmente a sojeros, que fueron acusados por el INDI de incentivar las mismas protestas.
Hace aproximadamente un mes, los indígenas de diversas comunidades llegaron a la capital para protestar contra el anteproyecto donde se prohíbe el alquiler de tierras nativas a terceros y castiga la adquisición de inmuebles indígenas.
El discurso políticamente correcto invade de vuelta a la sociedad. La discriminación se origina desde el mismo concepto del ser paraguayo, mezcla de tupi-guaraní con el español, o más bien dicho la violación de los españoles a las guaraníes, negando a las demás comunidades indígenas y la descendencia afroamericana.
Al igual que Felipa Rojas, de la comunidad Mbya Guarani, quien falleció acampando frente al INDI, nuestra cultura agoniza acampando bajo la lluvia.