Los Judas kai en el viaducto de acceso al campus de la UNA en San Lorenzo.
Fachada de la Facultad de Agronomía (UNA).
Entrevista y fotos: María José Lacarrubba
El mayor enemigo en la frontera, es el pensamiento. A diferencia del resto del país, en Pedro Juan Caballero la diaria paranoia instalada por las Fuerzas de Trabajo Conjunto acecha a los ciudadanos. Una población temerosa de un enemigo que se encuentra entre ellos pero a la misma vez no está. No es de sorprender la vinculación de los estudiantes organizados con el fantasmagórico EPP.
Estudiantes de la filial de Pedro Juan Caballero llegaron a la capital para contar su historia. Una estudiante de Ciencias Agrarias, Daisy Orzusa, relata lo ocurrido en la facultad.
-¿Cómo se fue dando la organización estudiantil en la filial de Pedro Juan Caballero?
-La indignación del alumnado empezó el año pasado. Se presentaron varias irregularidades en nuestra filial, entre alumnos y varios docentes se presentó una denuncia al decano y vicedecano sobre varias situaciones. Por ejemplo, el campo experimental que se utiliza con fines privados, donde se cosecha y vende aproximadamente sesenta hectáreas de soja. Supuestamente el dinero recaudado va a una cooperativa llamada Héroes del Chaco, que funciona en el quincho de la facultad. Nadie sabe lo que se hace con ese dinero. La cooperativa en sí es un absurdo. Tiene como dos por tres metros funciona dentro del quincho, parece un baño realmente.
También se da el caso donde director y también algunos profesores, organizaron una rifa para comprar un colectivo. Se recaudaron 36 millones de guaraníes del bolsillo del alumnado. Este dinero simplemente despareció, tendría que estar en la cooperativa pero hasta el día de hoy no existe el colectivo y tampoco una rendición de cuentas. La cancha de la facultad también se suele alquilar y de vuelta todo el dinero va parar a la cooperativa.
Todas estas denuncias las presentamos en marzo del año pasado al decano y vice decano. Se hicieron varias reuniones con los profesores y alumnos, salieron a luz muchas suciedades. Pareciera que se iban a solucionar los problemas pero al final arreglaron todo entre ellos y nunca dieron una respuesta al alumnado.
La indignación se quedó entre los estudiantes. Hasta que explotó el tema de UNAnosecalla. A nosotros nos pareció la oportunidad perfecta de exigir nuestros derechos. Se llevaron a la asamblea dos puntos: la renuncia del decano y vicedecano y la solución de las irregularidades que ya mencioné. Por mayoría se decidió la renuncia y por unanimidad la rendición de cuentas de la institución. A raíz de esto se fueron dando varias clases de amedrentamiento. Varios mensajes de texto hasta del propio vicedecano anunciando que va a fusilar a sus alumnos. El caso más grave sucedió el día que se levanto la vigilia. El propio director que a su vez es candidato a concejal por el partido Colorado, José Quintos Paredes, mando llamar a una turba de seccionaleros, los alumnos le vieron portando armas. Aproximadamente 15 hombres entraron de forma violenta para escoltar a nuestro director, incitando a la violencia, intentando que se produzca una suerte de guerra entre el alumnado. Sin embargo se está consciente que la manifestación es pacífica. Nadie reaccionó, pero nos quedamos todos asustados. Fuimos a la comisaría a denunciar estos hechos, de ida a la comisaría nos comenzaron a seguir unos vehículos extraños. Hasta hoy ocurre esto, hasta rondan las casas de los manifestantes.
En esa misma noche el director levantó contra nosotros una denuncia por perturbación a la paz pública. Aquella denuncia que no se llevo a cabo por falta de evidencia y tenemos conocimiento que el mismo está siendo sumariado por presentar una falsa denuncia.
Se levantó la vigilia esperando la intervención del Ministerio Publico. Durante diez días custodiamos la sede por 24 horas durmiendo, comiendo, viviendo en la facultad. Vivimos de donaciones de personas de buen corazón. Durante esos días hicieron de todo, de todo, contra nosotros. Intentaron ingresar a la facultad en horas de la madrugada, nos llamaban a amenazar, pincharon los teléfonos para escuchar nuestras conversaciones. Hasta intentaron plantarnos drogas, tuvimos que recurrir a la policía antinarcóticos para que haga un rastrillaje para que ellos no nos incriminen a nosotros por narcotráfico.
Finamente luego de diez días el Ministerio Público intervino, se llevaron todas las evidencias. Luego que se retiraran los fiscales algunos compañeros ligados a la dirección y al decanato nos atropellaron en conjunto con profesores. Rompieron nuestros carteles y nos amenazaron con nunca ver nuestros títulos, que ya estábamos aplazados en sus materias, insultos y palabras que no vale la pena repetir.
Tomamos una decisión en conjunto: venir a Asunción. Dar la voz, la cara, queremos contar nuestra historia. Decir que allá en Pedro Juan Caballero por mayoría de votos queremos la renuncia del decano y el vice. Vemos que los compañeros se están solidarizando. Hoy estamos muy fuertes, vamos a seguir tomando medidas en forma de protesta. Desde Pedro Juan Caballero podemos decir que son personas no gratas, tenemos un repudio enorme a las cosas que nos han hecho, las falencias las amenazas mentiras que han dicho y así estamos fuertes firmes y no vamos a volver a nuestra ciudad hasta lograrlo
-La facultad se encuentra en una zona de conflicto armado entre el gobierno y el grupo terrorista EPP ¿Se dio algún roce con los estudiantes respecto a esta situación?
–Los alumnos no tenemos nada que ver con esas organizaciones criminales. La prensa amarillista ya intento involucrarnos diciendo que somos del EPP, que estábamos alcoholizados, denuncias que se lanzaron al aire a la opinión pública pero nunca se pudieron constatar. Incluso estábamos las 24 horas al día rodeados por los policías antimotines. Ellos más que nadie son testigos que nada de estas acusaciones eran ciertas.
-¿Qué tal fue la llegada a Asunción y más aun con la enorme marcha que se dio el lunes?
–Fue totalmente motivadora. Acá en la casa matriz tenemos una libertad que no gozamos allá. Nos sentimos acogidos, protegidos, podemos contar lo que está pasando.
No podíamos decir nada, yo en lo personal tengo diez denuncias en mi contra por calumnia y difamación, denuncias que no se pudieron desarrollar porque todo lo que estoy diciendo y contando es verdad. Eso no me intimida. Cuatro veces ya se presentaron con la escribana para hacernos presentar la orden judicial de amparo sin embargo no se pudo llevar a cabo, pienso porque Dios es justo. Siempre nos estuvo protegiendo y hasta hoy resistimos.
Acá recibimos el apoyo, de todas las facultades, inclusive de otras carreras que nos dicen que nos apoyan. Si hay personas que todavía están preocupados por perder clases, perder el semestre, nosotros estamos preocupados de perder nuestras vidas.