Entrevistas y fotos: Guadalupe Acosta Barriocanal
Estudiantes de colegios públicos y privados se unieron para reclamar una mejor educación, porque son conscientes de que es un derecho y una necesidad para construir una patria mejor.
Romina González. Presienta del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Asunción Escalada.
P: ¿Ustedes pensaron que la protesta iba a llegar a este nivel?
R: Siendo sincera, cuando a mi me habían comentado sobre la marcha, era un poco incrédula de que tuviera éxito. No creía que fuera posible y me sorprendí de que llegase a esta magnitud. No pensé que iba a recibir tanto apoyo de parte de la ciudadanía.
P: Como estudiante, ¿Creés que esto va marcar un antes y un después en el país? Es decir, ¿Pensás que va a repercutir en un futuro?
R: Debería, creo que deberían escuchar lo que nosotros estamos pidiendo. En primer lugar porque es una causa noble, no estamos pidiendo demasiado, es algo mínimo. ¿Cómo nosotros vamos a estar pensando en mejoras para el Paraguay siendo que lo primordial no tenemos? Lo que necesitamos para cambiar el país es educación.
P: Desde tu experiencia, la educación ya sea pública o privada, ¿Prepara realmente a los jóvenes para la vida universitaria, y porque no, para la vida en sí?
R: La educación es, sinceramente, muy precaria. Lo que ocurre con los estudiantes es que tienen que hacer años de cursillos o prepararse con profesores particulares para poder ingresar a una carrera. Y eso es triste, porque hay personas que no poseen la solvencia para sustentar este tipo de gastos, y así deciden no estudiar, se quedan sin esa oportunidad. Y lo que me indigna es que todo lo que piden los ingresos a las distintas universidades son cosas que deberías haber aprendido en los años de colegio.
P: Entonces, ¿Lo que los jóvenes reclaman es que la educación les prepare para salir adelante?
R: Sí. Actualmente el sistema educativo es muy monótono. Nos pasamos copiando y memorizando y esa no es la forma de aprender. No nos hacen pensar. Si le preguntás al paraguayo promedio: “¿Por qué estas siguiendo esta carrera?”, te responde con un “y porque sí” o “porque mi mamá/papá hace lo mismo”, no saben hablar, ni responder. Porque no hay un espacio de dialogo que estimule el debate. El sistema educativo trata de oprimir al curioso. No nos dejan pensar, nos meten en un cuadrado que no es útil.
P: Por último, ¿Cómo te sentiste respecto a la unión de estos dos sectores que, normalmente, no se relacionan mucho?
R: Honestamente, para mí es una alegría. Se dejaron de lado los prejuicios. Hoy no hay colegios públicos ni privados, solo jóvenes pidiendo una mejor educación.
Entrevista a Sara Wolff Vega y Víctor Andrés Romero Acosta. Estudiantes del colegio Internacional. Líderes de la marcha en la institución.
P: ¿Ustedes pensaron que la marcha iba a llegar a esta magnitud cuando se enteraron de los primeros movimientos?
Víctor: Yo creo que en principio, el Inter no se “prendió” a la protesta. Nos adherimos casi al final, porque tuvimos que romper esa burbuja donde vivimos. Si bien, pensamos que iba a causar un gran impacto, estoy sorprendido y me emociona aún más ver gente que en todo el país se unió a la causa. Vi mucha gente que hoy también se manifestó desde ciudades como Ciudad del Este y Encarnación. Desde mi punto de vista eso es lo que me motiva a seguir acá, a lo mejor si era solo Asunción esto no iba a significar mucho. Es algo que tengo que rescatar. Llegó a ser un tema de suma importancia en el país.
P: ¿Piensan que habrá un antes y un después de esta marcha? ¿Creen que podremos ver un verdadero cambio?
Sara: Yo creo que sí. Pero no pienso que vea mañana, ni en un mes, ni dos meses. Tenemos que entender que esto es progresivo y se va a dar paulatinamente. Quizás tome unos años regularizar la situación.
Víctor: Opino igual, el cambio va a ser muy gradual. A lo mejor a mí ya no me va tocar. Pero si a mis hijos, nietos en un futuro lejano y porque no, a mis hermanitos en un futuro más próximo. Pero eso no es excusa para no actuar. Debemos romper ese círculo de egoísmo, por así decirlo. Dejar de lado ese “¿Por qué me voy a ir a protestar si a mí no me va a afectar?”. No continuemos con esa indiferencia.
P: ¿Cómo se sienten respecto a la unión de estos dos sectores (público y privado), ya que siempre hubo roces despectivos de ambas partes?
Sara: Me parece excelente. Es buenísimo que los colegios privados ayuden a los públicos a que se cumplan los objetivos de la marcha porque al final esa educación nos beneficia a todos como nación. Es importante que nos unamos y olvidemos las diferencias que nos “separan” para que podamos lograr tener una educación de calidad.
Víctor: Complementando a mi compañera, tenemos que entender que la educación no es ni privada ni pública, la educación es un derecho, es paraguaya. A mí directamente no me puede estar afectando la situación pero sí indirectamente. El día de mañana esa persona que se reciba de un colegio público va a ser el doctor/a, profesor/a, o cualquier profesión ejerza, que va a curar mi enfermedad, educar a mis hijos, ser una herramienta para el país. Y eso conlleva el peso de tener una educación de excelencia. El tener o no solvencia no debería ser un límite para que alguien estudie.
P: Finalmente, ustedes se encuentran en las últimas etapas del colegio, ¿Creen que el sistema educativo les prepara para la vida universitaria y de estudios superiores o no?
Sara: La verdad pienso que la educación que se nos imparte es muy, muy básica. Cuando uno termina el colegio sí o sí necesita pasar por un cursillo. Tenemos que esforzarnos el triple y estudiar cosas que no aprendimos o quizás no profundizamos para poder atravesar con éxito un ingreso. Opino que los colegios nos deberían preparar mejor, alivianar el peso de un ingreso. Que debas solamente repasar para poder superar las pruebas a las que te someten.
Víctor: Quiero hacer énfasis en este punto. Si bien nosotros estamos pidiendo educación y muchas reformas para el sistema educativo, no podemos olvidar nuestra parte. Los jóvenes tenemos que aprender a aprovechar lo que se nos brinda, no reclamar en vano para después continuar con una misma actitud mediocre. Tenemos que dedicarnos a estudiar. Cumplir con nuestro deber como alumnos. Esto se construye desde ambas partes. Ellos nos brindan las mejoras y nosotros brindamos nuestra dedicación plena.